Poemas



  


     



"Me es difícil precisar un conjunto de indicios que revelen mi condición como poeta independientemente de mi condición como hombre. Y aunque sé que nunca podré desarrollar tal condición en su totalidad, trabajo para escribirla en su esencia.

No existe una poética consciente en mi caso, sí tal vez una gama de ideas, sensaciones y sobre todo dudas variables, que aunque puedan tener un principio y un final concretos me interesan más por sus impulsos intermedios, percibidos como misterios creativos irracionales, nunca como plenas certezas.

Sé que poseo un estilo, pero me parece una pérdida de tiempo analizarlo. Soy lo que escribo, pero lo que realmente me hace ser es mi forma de escribirlo. Una forma cuyo epicentro radica, fundamentalmente, en la claridad del mensaje y en la musicalidad de la métrica que lo expresa, antes que en la rima o en las peripecias más puramente estilísticas de su desarrollo.


Opino que no hay poesía sin duda ni asombro. El buen poeta debe saber despertar esa duda y ese asombro en el lector. Una duda y un asombro que el poeta tan sólo revela o, a lo sumo, identifica como propios en su universalidad, pues ya pertenecían al lector mucho antes incluso del acto de composición de los versos. Tal debe ser el principio básico de mi poesía: la universalidad de individuo".


INTENTO DE DEFINICIÓN


Estos son los poetas:
se les llena la boca de metáforas,
procuran sonreír cuando se encuentran
reunidos en tertulia, pero a solas
son tristes como cáscaras de plátano
y escriben versos que si divulgaran
los tomarían por locos de remate.

Estos son los poetas:
heroicos personajes que, a su modo,
prefieren enfermar a estar callados.

(Poema de 42)



UNA MUJER Y UN HOMBRE

Una mujer y un hombre son un mundo.
No saben lo que son si no se tocan,
si no sellan un pacto
de libertad común cuando están solos.
No entienden lo que son si no se aman.

Se miran una noche, son felices.
Revelan un secreto indescifrable
fuera de sus fronteras.
No gozan del misterio de estar vivos
más allá del enigma que los une.

Una mujer y un hombre tienen miedo
(a veces tienen miedo),
mas, si agregan sus miedos, los enfrentan,
los colman de coraje, sienten fe.

(Poema de 42)



EL OBJETO Y SU CREACIÓN
             
Hay un hombre sentado en esta silla.
Hace ya mucho tiempo la creó con sus manos.
Pero, ¿le pertenece?

Él mismo, con su esfuerzo,
taló el roble propicio, apuntaló
la homónima madera,
urdió con gran pericia la trama de su asiento.
Pero, ¿le pertenece?

Hay un hombre sentado en esta silla.
Sobre esta silla cumple su descanso.
Sobre esta silla apoya
sus largos pensamientos. Sobre ella
morirá cualquier día.
Pero, ¿le pertenece?

Otro hombre vendrá a sentarse en la silla.


(Poema de La caja vacía)



DEL DESEO

No se trata de amor: el amor huye
de sus propios designios infelices
cuando nos duele tanto que inventamos
oraciones furtivas a su orden.

Tampoco de dolor: el dolor quema
lo suficientemente en lo profundo
como para dañarnos por sí solo,
sin más gesto que el propio, dolorido.

Se trata, sin embargo, del deseo,
del infeliz deseo:
anhelar lo perdido hasta al perjuicio,
codiciar lo impalpable a nuestras manos,
pretender lo imposible.


(Poema de La caja vacía)



ALGUIEN DEBE CANTAR A LA CIRUELA

Ciruela, yo no canto la hermosura en tu nombre,
tampoco en tu sabor de duro engendro.
Ni siquiera la fuerza que al ciruelo te ensambla
con la belleza abstracta de lo simple.

Lo que canto, Ciruela, -o quisiera cantar-
es el hondo silencio con el que tú te pudres
sobre el grito del campo,
el gesto decidido por el que al fin te estrellas
contra la tierra, sola. Cuando ya ni los pájaros,
que punzaron las uvas y las moras y el higo,
de tu entrega se endulzan.
Lo que quiero cantar es tu triste destino.

Ciruela, drupa esférica de encanto imperturbable,
tú, que nacer debiste para el beso
y no para el olvido, fruto humilde,
alguien debe cantarte.

(Poema de La caja vacía)




LOS POETAS ADAM ZAGAJEWSKI Y WISLAWA
SZYMBORSKA ELABORAN UN CATÁLOGO DE
INSERVIBLES PARA EL SIGLO XXI
(INSTITUTO POLACO DE CULTURA. MADRID, 2005)

Habrá libros en blanco, ciudades sumergidas,
perfumes que no alcancen ser paisaje.
Lienzos acuchillados, flor de alambre, ala sola
y relojes de arena sin arena.
(Pero esto no es nada.)

También habrá verdades temerosas,
dentaduras de nadie sonriendo en un vaso,
el brillo de la luna tras el humo.
Zapatillas impares, previsiones erradas,
cerraduras cruciales cuyas llaves no existen.
(Pero esto no es todo.)

Habrá justos poemas
que nunca los leerán quienes debieran.
Olvido donde el hombre precise de memoria.
        
(Poema de Baile de máscaras)



LA JOVEN ELSA BROSNAN DEFIENDE SU
BELLEZA LEGÍTIMA FRENTE AL ESPEJO
DE UNA HABITACÓN DE HOTEL
(HILTON GARDEN INN. SAINT PAUL, 1985)

No soy solo la fea.

También soy la muchacha de ojos verdes
que recita a Tagore de memoria
y se desnuda a solas
frente a espejos que niegan la belleza legítima.

También soy la inocente, la que busca
respuesta en las canciones de Otis Redding,
en el cine de Chaplin,
en los largos paseos del brazo de una amiga.

No soy solo la fea.

También soy la muchacha imprevisible,
la que, mientras las otras deliberan
por tristes pretendientes,
baila con ademán, desparejada.

De entre todas, tal vez, soy la más dulce,
la más encantadora,
la que besa mejor a sus pocos amantes.

No soy solo la fea.

También soy la muchacha diferente,
la que a todo suspira,
la menos pudorosa en la alegría,
la que, mientras las otras se entretienen
con flores, con viajes o con joyas,
prefiere optimizar su desventura
de ensueños improbables
confeccionando versos, melodías
o postales anónimas desde Roma o San Gall.

Afortunadamente no soy solo la fea.
También soy la muchacha virginal, la agraciada
con el don de ser libre, libre, libre.

Y tengo la sonrisa más bella de la Tierra.
Me lo ha dicho mi padre.

(Poema de Baile de máscaras)



LA ELIPSIS

También soy lo que callo si al callarlo
me oculto o me libero de mí mismo.

Como en aquel mal sueño
donde un niño se inclina sobre el brocal de un pozo
y siente que lo empujan por la espalda.
Y cae al fondo y grita en la caída;
y no sabe nadar y está aterrado;
y llora, tiembla, pide socorro sin respuesta.
Bracea y traga agua,
se desgarra las uñas por asirse a la vida;
y no le quedan fuerzas, y se hunde.
Y, justo antes de ahogarse, sobre el círculo
de luz donde no alcanza,
ve, más allá del agua, los ojos de su hermano,
que sonríe en la altura con crueldad, con deleite.

Del miedo y la traición
igual hablan los sueños
como calla la vida.

Y, a veces, soy el niño que se ahoga.
Y, a veces, el hermano que lo empuja.


(Poema de Estudio del enigma)



AD ALIQUID
  
Pensar que no habrá nada que nos una.

Dudar que, sobre el tiempo y el espacio
—la inmensidad de sendas coordenadas
formando lo intangible de una sola—,
jamás coincidiremos como suma,
como justas mitades,
como partes de un todo
que, en unión, nos revele.

Sentir que no habrá rumbo imaginable
que nos acerque al uno en el enigma;
ni cifra, ni razón, ni conjetura;
nada que nos convoque, inmarcesible,
para identificarnos semejantes.

Entonces, por qué somos aquí, ahora;
por qué la coincidencia.
Cuánto tiempo ha hecho falta,
cuánto amor, cuánta ausencia,
cuánta larga memoria.

Qué improbables principios,
qué silencios, qué músicas
han debido cumplirse
para que este poema
nos forme, nos congregue, nos descubra,
nos haga comprendernos,
todo
en uno.

Y yo sea el poeta,
y tú el lector.

Y, al fin,
nos encontremos.

(Poema de Estudio del enigma)



CANCIÓN DE DESACIERTOS

Iba al sur y llegué al norte.
Iba a mi voluntad y hallé la tuya.
Iba sumando cifras y descifré palabras.
Iba andando la nieve y pisé el fuego.

Iba, iba, siempre iba… y, en realidad, venía.
Nunca sentí certezas en lo cierto.
Buscaba la poesía, no el poema.
Anunciaba la vida con la muerte.

Escribí esta canción que nadie canta.

(Poema Inédito)




LA ESPERANZA

Buscar en cada sombra su contorno
de luz, buscar un signo
que nos perteneciera antes de hallarlo.

Buscar una verdad en el reverso
de la mentira, un eco
que convierta la voz en gesto inmune.

Buscar el fruto al borde del abismo,
la primavera dentro
de cuanto anuncia otoño.

(Poema inédito)





* Próximamente, en esta sección, compartiré en pdf distintas selecciones de poemas, con libros propios y recitales de Los Poetas Insólitos y El vuelo del Paquidermo.